Su pulpa es naranja brillante con tonos de amarillo y rosa. Tiene una consistencia maravillosamente suave, mantecosa y un sabor deliciosamente dulce.

Dentro de la cavidad interna del fruto las semillas son negras, redondas, envueltas en una sustancia gelatinosa. Las semillas de la papaya son comestibles, a pesar de ser un poco picantes y algo amargas. La fruta y otras partes del árbol de la papaya contienen papaína, una enzima que ayuda a digerir las proteínas. Esta enzima se concentra especialmente en la fruta no madura.